En julio de 2024 salió de imprenta Estorninos negros. 100 ejemplares cosidos a mano en el taller de Dospájaros, en Uruguay, Montevideo, la ciudad de los árboles que te puyan los ojos.
Creo que la mejor forma de celebrar este primer año es recuperar la conversación que tuve con Andrea Leal en septiembre del año pasado.
Hablamos sobre lo onírico, sobre la infancia, sobre cómo traducir la estructura del sueño en la ficción, sobre James Hillman, sobre Al Álvarez, sobre las causas que nos comprometen demasiado rápido. Hablamos hasta por los codos, como suele suceder con Andrea, sin esfuerzo.
Les invito a escuchar, mientras empaco los últimos ejemplares que me quedan para enviarlos a sus respectivos dueños y revuelvo la sopa de pollo sabor verano que estoy preparando para este cuerpo sancochado a 35 °C en el desierto de Chihuahua.
Un abrazo,
Nat.
PD: La frase que encabeza este post es de Andrea, que tiene la lengua afilada para los epitafios y los titulares estelares.
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